
Olor a cigarrillos y perros
Una cama turca bajo el cuerpo tendido
Depresivos amarillos en la mesa de luz
La intemperie iluminada por un velador
Nada que decir
Oídos atentos a la gotera del calefón
Ninguna deuda con nadie
La entrepierna limpia
El corazón rojo salvaje
“Mente en blanco”
Repite la doncella en un mantra incierto
Cobijada en una celda de colchas con cuadros marrones
Bordados al croché por la abuelita que descansa en paz en Villa Adela
“Ayer nadie me habló”
A mi tampoco
Salvo un número desconocido brillando intermitente en el celular
No atendí
Otra vez no hicimos nada
Ni silencio
Todo el día escuchamos Sex Pistols, Joy Division y The Cramps
Fuimos a-tormenta-dadá-mente felices en verano