No sé – dijo y me dejó la sonrisa partida al medio, la mueca de frustración a media asta.
La llamada de la maestra del jardín (ya no decimos guarderia –no es politicorrecto) me puso en guardia. Las instituciones educativas, después leer tanto Althusser, Gramsci y Freire, de tanto trajinar lo docencia y militar en la antidocencia, no son de mi confianza. Y menos para abandonar una niña de 3 años, en un curso de 30 infantes con dos señoritas maestrandulis egresadas de vaya uno a saber que orfanato terciario. Pero la sociedad impone, la madre reclama y la nena tiene ganas de revolcarse en el arenero. Así que metí el anarquismo pedagógico en el bolsillo y acepté para mi propio asombro. Antes había esgrimido un firme “dejenla libre de la escuela mientras pueda”.
- No se preocupe pero su hija vomitó – me dijo con voz pausada de oficio repetido.
Inmediatamente pensé en los huevitos Kinder, los chupetines, los sanguches de miga, el jugo Tang y tantos otros edulcorantes y conservantes artificiales, quimicos, toxicos, y nocivos para su hígado en formación.
- Si quiere puede hablar con ella.
- Claro –silencio de línea.
- Hola papi.
- Hola amor, ¿como estás? –pregunte atolondrado y temeroso.
Se tomo su tiempito angelical y respondió:
- No sé.
Repregunté incrédulo por la contundencia de su duda. Y repitió los monosílabos.
¿Cuantas veces no dije, no me animé, no me salió, no quise, no asumí, no pude decir no sé? Siempre algo para definir, siempre algo para mostrar que se sabe, que se puede diagnosticar lo que te pasa. Desde el consabido e hipócrita acto reflejo ante el saludo proverbial y distante: ¿cómo andás? Bien, mal, meando, acá nomás, te cuento, etc…
Y casi nunca no sé.
No aceptar la incertidumbre del estado existencial precario actual.
Pero, honestamente, casi siempre, no sé.
No sé, es así. No sé.
Y eso que mi hija me esta dando un curso acelerado de sinceridad brutal.
La llamada de la maestra del jardín (ya no decimos guarderia –no es politicorrecto) me puso en guardia. Las instituciones educativas, después leer tanto Althusser, Gramsci y Freire, de tanto trajinar lo docencia y militar en la antidocencia, no son de mi confianza. Y menos para abandonar una niña de 3 años, en un curso de 30 infantes con dos señoritas maestrandulis egresadas de vaya uno a saber que orfanato terciario. Pero la sociedad impone, la madre reclama y la nena tiene ganas de revolcarse en el arenero. Así que metí el anarquismo pedagógico en el bolsillo y acepté para mi propio asombro. Antes había esgrimido un firme “dejenla libre de la escuela mientras pueda”.
- No se preocupe pero su hija vomitó – me dijo con voz pausada de oficio repetido.
Inmediatamente pensé en los huevitos Kinder, los chupetines, los sanguches de miga, el jugo Tang y tantos otros edulcorantes y conservantes artificiales, quimicos, toxicos, y nocivos para su hígado en formación.
- Si quiere puede hablar con ella.
- Claro –silencio de línea.
- Hola papi.
- Hola amor, ¿como estás? –pregunte atolondrado y temeroso.
Se tomo su tiempito angelical y respondió:
- No sé.
Repregunté incrédulo por la contundencia de su duda. Y repitió los monosílabos.
¿Cuantas veces no dije, no me animé, no me salió, no quise, no asumí, no pude decir no sé? Siempre algo para definir, siempre algo para mostrar que se sabe, que se puede diagnosticar lo que te pasa. Desde el consabido e hipócrita acto reflejo ante el saludo proverbial y distante: ¿cómo andás? Bien, mal, meando, acá nomás, te cuento, etc…
Y casi nunca no sé.
No aceptar la incertidumbre del estado existencial precario actual.
Pero, honestamente, casi siempre, no sé.
No sé, es así. No sé.
Y eso que mi hija me esta dando un curso acelerado de sinceridad brutal.
8 comentarios:
Ja! Qué sabiduría pues! Estaría bueno poder liberarse del modo positivista de vivenciar los estados...asumir la circularidad, los espacios en blanco...dudar y dejar alguna palabra a punto de decir...y saber que no sabemos, andar andando...que se yo, "no sé"...
Conmovedor tu relato...
NO SE .... koan esencial en estos tiempos donde abundan las tensiones en el cuerpo, la urgencia de los deseos, las oleadas emocionales y el incesante coro de los pensamientos
Detrás de las mil máscaras......
NO SE emerge como el único mantra saludable, sin personaje, sin esclavitud...
Honestidad brutal! Que bueno seria respetarse asi mismos los "no se"...
Saludos ramon!
hola pablo ayer en la fiesta de la central q nivel etilico interesante
che esta muy lindo el blog, hay cosas que me gustaron mucho. este ultimo texto esta muy muy bueno.
ja aprete enter antes de tiempo
rebueno el header.. salsipuedes es un lugar muy interesante. cerro azul ahi cerca tb, tuve una novia de salsi me contaba la historia del hombre gato de cerro azul juaa
es verdad los niños abren cabezas con su nivel de apertura a lo que venga..!
nostamos leyendo
saludos :D
en circulos nos encontramos
nosenosenosenosenosenosenosenose
cancionmantrasinfoniauniversal
decir que mi estado etilico era interesante es una manera muy elegante para no nombrar el pedo atomico que me partió (de partido y partir)
salsipuedes es un lindo lugar
pero quiero SALIR!!!
y justo andaba pensando algo parecido, de porqué siempre tenemos que aparentar que sabemos, que estamos alegres, que somos productivos, que estamos seguros.
Una vez le dije a doña María, que me atendía por la ventana de su livingkiosko en una canuta calle del barrio Güemes: "¡que linda tarde!, ¿vió doña María?". Y una certera y concisa doña MAría me respondió "no sé, mhijo".
Así es que una especie de maría no sabe si las tardes son lindas o no. Pero María sabe por vieja.
Salud Pablo, linda nota para dejar de "calzar en el saludo", como decía Cortazar, que creen que se saludan pero en realidad están calzando en el molde del saludo.
Veo que esta nota es de agosto, bueno, yo leo el diario del mes pasado mientras debe estar fresco el de hoy con la noticia de que Belgrano goleó a los amargos tallarines, jeje. Yo saludo salud,por segunda vez que me falló el primer envío. Nos vemos.
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