domingo, junio 01, 2008

amores secos

Voy a reconsiderar mi idea acerca del tarot. Tengo 300 sms gratis para enviar en un mes. Son 10 por día. ¿Podré hacerlo? Arreglé por 20 pesos el caño de gas del auto. En realidad, el tipo le puso dos grampitas para sujetarlo al chasis del piso, demoró 10 minutos. ¿Y lo de gratis? Se sabe, en el capitalismo, pura ilusión. ¡Compré la promoción! Lucro y Consumo: palabras que perdieron su significación, el peso específico de cada una de las almitas-engranajes, con su carne, hueso, semen y sudor. Estoy fumando y arrancando amores secos. Hay una multitud en el patio. Hay que sacarlos, ni muy pequeños, ni muy crecidos, porque dejan la raíz clavada en la tierra y se regeneran más fuertes. Hay que buscar el momento oportuno. Porque desmalezar de amores secos es una de las labores más penosas que tenemos los que descuidamos el patio o el jardín. Crecieron en una tierra virgen. Después del tornado que arrancó dos paraísos y un pino abrimos un espacio y extendimos unos metros el alambrado pisando la barranca. Lo rellenamos con escombros y el humus fresco que sedimenta en la orilla del arroyo. Y lo abandonamos al tiempo. Los arranco con la mano. Uno a uno. Los enumero para aprehender algo más que la cuenta. Ella viajó a la ciudad. Tenía unas reuniones con sensibles empresarios interesados en financiar causas perdidas y evadir impuestos. No contestó a ninguno de los 4 sms que le mandé. Puedo llamarla. ¡Pero eso no entra en la promoción! Puedo alquilarle el caballo a algún criollo por 10 pesos. Y puedo ir a la tarotista a entregarle 60 pesos para que marque el destino con sus cartas. Creer y reventar.

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